divendres, 2 de setembre del 2016

El anochecer occidental

Parece ser que Pokemons se cazan hasta en el trabajo...

La epidemia “Pokemon Go” (entre otras) también ha allanado las certezas derrotistas sobre la decadencia de nuestro tiempo. Podría incluso ofrecer una involuntaria contribución al empirismo sociológico. ¿Qué se podría hacer para que algo lograse levantar la cara de vergüenza por la comodidad con los niveles de indecencia humana y de bajeza cultural.

Por un lado, existe la predisposición de algunos bombarderos para “asegurar la integridad de la identidad religiosa y tradicional”, a cambio de poner en juego su existencia. Por otro lado, el deseo de la tendencia de los invertebrados que se dejan cautivar por el coro de sirenas de conformismo, lo que distorsiona la esencia de la humanidad, y entregarla en el altar de la decadencia, cual voto de obediencia. 

El brazo largo del relativismo ha destripado el siglo XXI en dos ramas: las filas de las víctimas de la laxitud de la política y gubernamental, y la flota de lobotomized tecno-digital. La primera abarca el destino de los que viven en un sistema ferroviario todavía situado en una pista de quién decide vivir la vida a base de los causantes de todo el daño que se está llevando en Europa y en Medio Oriente. El segundo representa un fresco de una horda de zombis enfrascados en la comodidad, la tolerancia, la igualdad y las tonterías.

¿Qué se salva de este Occidente?

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