divendres, 9 de setembre del 2016

Homo capitalis: a imagen y semejanza del capitalismo

¿Por qué en la sociedad del materialismo se han abandonado las confesiones tradicionales pero han florecido los cultos esotéricos y las payasadas religiosas de los gurús de Silicon Valley y de las actividades subversivas de las ONG?

Impera una ideología que usa el discurso de la modernidad y la posmodernidad hasta delinear un hipotético futuro hacia el cual nuestro presente parece proyectado y que tiene ya sus formaciones sociales activas: el transhumanismo o posthumanismo.

Se siguen los actores que dieron vida a los cambios en el panorama político y cultural entre el XVI y el XVII y su desarrollo hasta la actualidad a través de la creación de las sociedades británicas, los círculos intelectuales, los clubes de élite, las altas esferas del gobierno… primero los partidos y después –una vez fracasado su propósito de contenedores ideológicos- las ONGs: todos los órganos están dedicados a la selección de los textos del nuevo paradigma de referencia, de pensadores a sus funciones, de los movimientos de protesta a manipular, de los conceptos que mejor se adaptan a su concepción del mundo, marginando y excluyendo a todos aquellos cuerpos hostiles a sus afirmaciones.

El alcance ideológico se palpa bien en la ciencia, ya que para promoverla se involucran todos los grupos interesados: la universidad, la industria, los principales centros médicos y farmacológicos, el ejército. ¡Qué bien le vino a la burguesía el Origen de las especies de Charles Darwin para quitarles la culpa y limpiarles la consciencia (si tenían)… porque, claro, es cosa de la selección natural! El capitalismo, gracias a Darwin, recuperó un poco de espontaneidad y despidió muchas críticas.

Igualmente las teorías malthusianas de control de población. Gracias a las contribuciones de Margaret Sanger (protagonizó varios casos judiciales que facilitaron la legalización de anticonceptivos, eugenesia, etc.) en la política estadounidense a principios del s. XX con el “family planning” se consiguió el objetivo de controlar la reproducción de pobres, de ignorantes y analfabetos. Y ahora, como no, las ONG siguen sus planes.

Podemos decir que dos mentes brillantes, aunque con diferentes registros, ya habían adivinado la composición de la nueva sociedad: estamos en la frontera de Un mundo feliz y la excentricidad de la película Brazil, de Terry Gilliam. Es la historia de un mundo dirigido por el progreso científico, y al mismo tiempo cómica por sus ridículas afirmaciones de eliminar de nuestro horizonte de sentido el concepto de “naturaleza humana”, el real, el de verdad, por su “idiotez especializada”. 

Hay que desconfiar cada vez de los que hablan de la post-ideología ornamentando los argumentos del progreso. 

Los profetas laicos del nuevo culto: “cualquier forma de dinamismo lleva consigo algo de satánico: el progreso es el equivalente moderno de la Caída, la versión profana de la condenación.” Como dice Ciorán.

divendres, 2 de setembre del 2016

El anochecer occidental

Parece ser que Pokemons se cazan hasta en el trabajo...

La epidemia “Pokemon Go” (entre otras) también ha allanado las certezas derrotistas sobre la decadencia de nuestro tiempo. Podría incluso ofrecer una involuntaria contribución al empirismo sociológico. ¿Qué se podría hacer para que algo lograse levantar la cara de vergüenza por la comodidad con los niveles de indecencia humana y de bajeza cultural.

Por un lado, existe la predisposición de algunos bombarderos para “asegurar la integridad de la identidad religiosa y tradicional”, a cambio de poner en juego su existencia. Por otro lado, el deseo de la tendencia de los invertebrados que se dejan cautivar por el coro de sirenas de conformismo, lo que distorsiona la esencia de la humanidad, y entregarla en el altar de la decadencia, cual voto de obediencia. 

El brazo largo del relativismo ha destripado el siglo XXI en dos ramas: las filas de las víctimas de la laxitud de la política y gubernamental, y la flota de lobotomized tecno-digital. La primera abarca el destino de los que viven en un sistema ferroviario todavía situado en una pista de quién decide vivir la vida a base de los causantes de todo el daño que se está llevando en Europa y en Medio Oriente. El segundo representa un fresco de una horda de zombis enfrascados en la comodidad, la tolerancia, la igualdad y las tonterías.

¿Qué se salva de este Occidente?

dijous, 1 de setembre del 2016

Oda a la experiencia




El humor de Dios es lo que me ha llevado a viajar a un convento de un país del norte de Europa durante la primera mitad del siglo XIX, entre el aire saludable y las delicias de los bosques de color azul y oro, sumergiéndome en la melancolía del otoño. He llegado sin enterarme a Siete cuentos góticos, Blixen.

Otros autores se explayarían con argumentos vanos entre teología y ficción… pero en este cuento la baronesa Blixen deja caer muy elegantemente entre el vahído y la media sonrisita razonamientos como estos:



Con voz lenta y reposada como una
sibila, la anciana dijo al sobrino:
—¿Tú sabes qué es lo que se
compra caro, se ofrece barato y todos lo
rehúsan? La experiencia de los
ancianos… Si los hijos de Adán y de
Eva hubieran hecho uso de la
experiencia que les legaron sus padres,
el mundo habría sido sensiblemente
distinto. Yo quiero darte mi experiencia
en una píldora endulzada con el azúcar
de la poesía, para que la puedas tragar y
asimilar mejor: «De todos los caminos
de la vida, solamente uno, el del deber,
conduce a la felicidad». No olvides
esto, hijo mío, que es importantísimo.


Y ante el rechistar de su sobrino Boris le sigue diciendo:

-Ah -dijo la priora con gran energía-, 
el doctor Sass, que fue sacerdote de 
Closter Seven en el siglo XVII, 
afirmaba que en el Paraíso, hasta la caída, 
el mundo entero era plano, 
el telón de fondo del Señor, 
y que es el diablo quien inventó 
una tercera dimensión.
Así, las palabras «recto», «cuadrado», 
«plano» son propias de los nobles, 
pero la manzana era un orbe, 
y el pecado de nuestros primeros padres, 
un intento de circundar a Dios. 
Yo misma prefiero mucho más 
el arte de la pintura que el de la escultura.